En lo posible
les prestaré mi fe,
mis flores... mis flores.
Al tiempo
dejaré que ustedes
hablen al viento
de la suerte
--ya quebrada por ahí—
de la hora del compromiso,
de la zona del sentimiento,
del día de la gran relación,
de la misteriosa
amistad de la poesía,
del anillo suave,
de la delicada solidaridad
de la lluvia
y de silencios
que estremecen.

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